domingo, 9 de diciembre de 2012

La hipocondría

Es una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado de sus funciones fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de enfermedad. La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo.

Estas personas se caracterizan porque intentan lamentarse con todos aquellos sujetos que se encuentren en su camino, contándoles lo mal que se sienten, lo que les cuesta sentirse bien consigo mismos, o incluso lo que les cuesta en sí dar con un especialista que les ayude de verdad.

Ven problemas donde no los hay, dolores donde realmente no los había, y sienten que se van a morir: palpitaciones, sudores, mareos, dolores de cabeza... Creen que los médicos no dicen la verdad y van de especialista en especialista tratando de escuchar lo que quieren oír, e incluso llegan a manejar el argot médico. El temor pasa a obsesión, la preocupación por tener una enfermedad eliminan las ganas de disfrutar de la vida. 
Síntomas:
  • Dirige toda su atención a las más mínimas manifestaciones orgánicas o funcionales de su cuerpo (latidos, molestias, dolores, picores, cambios en la piel...) fijándose principalmente por la cabeza y el cuello, los órganos del vientre, el tórax y la espalda, las piernas, los brazos, y finalmente los genitales.
  • Observa su cuerpo de manera excesiva con el objetivo de detectar algo anómalo, teniendo un interés por todo tipo de informaciones médicas.
  • Desconfían del médico, prefiriendo diagnosticarse ellos mismos
  • Si descubren cualquier síntoma, siempre tenderán a pensar que están ante algo grave... 
  • Sus molestias suelen desaparecer cuando están mucho más relajados y su mente distraída.
Tipos: 
  • Pasajera: se siente cuando lee algún tema relacionado con la sanidad o la medicina, y luego se le pasa por completo.
  • Leve: el paciente encuentra cierto alivio en las visitas a su doctor, llegando a aceptar que no está enfermo y eliminando por ende aquellas cuestiones que le preocupaban.
  • Grave: la obsesión afecta a su salud física y mental, llegando a afectar a su vida social: ausente y con déficit de atención.


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